Por primera vez en la provincia se realizó un abordaje tubular mínimamente invasivo a la columna vertebral
La misma estuvo a cargo de la Unidad de Patología Espinal del hospital Padilla junto al servicio de Neurocirugía del efector y se la realizó a un paciente de adulto.
La intervención realizada es primera en su tipo tanto en el sector público como privado. Este procedimiento consiste en realizar una incisión de piel muy pequeña que puede llegar a ser de hasta 3 centímetros de longitud, dependiendo de la patología y posteriormente la introducción de tubos que se ubican en la lesión de la columna. Se marca por medio de aparatos de rayos, luego de colocado el tubo a través de éste se puede operar, llegar a la lesión y descomprimir el nervio que le está ocasionando dolor al paciente.
Al respecto el Jefe de la Unidad, traumatólogo especialista en columna, doctor Ramiro Barrera, contó: “Esta intervención la realizamos con el equipo de Neurocirugía junto al doctor Álvaro Campero, para la cual necesitamos aparatos de alta complejidad, como ser microscopios, drill y una fresa de alta revolución con punta especial para poder trabajar de forma microscópica a través de un tubo. Esto nos permitió agredir menos aún los tejidos y brindar al paciente la posibilidad de que pueda ser dado de alta ese mismo día a la tarde o al otro día a más tardar”. |
Siguiendo esta línea el especialista aclaró que este novedoso tipo de intervención no está indicado para todos los pacientes. “Esta cirugía básicamente es usada en conflictos de nervios específicos, se debe evaluar lo que siente el paciente, es decir la clínica, más lo que nos evidencia la imagen. Eso debe coincidir perfectamente para que podamos llegar a ese lugar preciso y realizar la descompresión especifica en ese lugar. Este caso se trataba de un paciente que se dedica al deporte de alto rendimiento con una columna que padecía de un proceso artrósico de desgaste bastante avanzado y con la idea de continuar con su actividad deportiva posteriormente”, explicó Barrera.
Al mismo tiempo que detalló: “El objetivo de esta intervención es que aproximadamente a las 4 horas de finalizada la misma la persona se pueda parar y si el dolor lo permite, deambular y desplazarse. Si está todo bien se evalúa el alta médica ese mismo día o al otro, depende de la tolerancia al dolor que tenga cada persona”.
“Que sea una intervención mínimamente invasiva no quiere decir que sea más corta, la ventaja es que infiere una mucho menor agresión de los tejidos lo cual permite una rehabilitación y recuperación más pronta. En este caso el paciente se fue a su domicilio al día siguiente a primera hora. Como era la primera cirugía de su tipo preferimos dejarlo ese día en observación en el efector; a las 4 horas del procedimiento ya se había levantado al baño y se movilizaba con muy poco dolor, exitosamente hoy refiere solamente un poco de dolor en la cintura pero el dolor del nervio ciático ya ha desaparecido”, contó. |
Asimismo el Traumatólogo destacó que este procedimiento usualmente lo realizaban con implantes (prótesis que se colocan en la columna) para poder descomprimir el nervio que se encuentra en conflicto y apretado. “Generalmente lo hacemos en el caso de personas mayores o que no tienen una actividad tan intensa como este tipo de pacientes, pero usualmente son cirugías muy agresivas con un postoperatorio más prolongado, además de que conllevan una tasa más elevada de infecciones o de procesos inflamatorios en la columna, ya que colocamos un cuerpo extraño y es muy lógico”, subrayó.
Por último Barrera recalcó que este tipo de intervención tiene una curva de aprendizaje altísima, es decir que son cirugías en las que el profesional debe tener un conocimiento perfecto de la anatomía para poder llegar a lugares muy estrechos, cerrados y con microscopios que permiten tener una visualización de un centímetro de la columna. Cabe destacar que de la misma participaron además los doctores Luis Fernández Ayala, traumatólogo y la doctora residente de Neurocirugía, Liezel Ulloque.