Profesionales que honran su profesión con experiencia y amor
Tienen vocación de servicio y una total entrega al paciente. Son madres, abuelas, esposas, hijas y amigas y cumplen con la noble labor diaria de enfermeras dentro de la Salud Pública de la provincia. En su día, dedicaron un mensaje alentador a los colegas de la profesión y a quienes estén pensando en emprender la carrera.
5 enfermeras del Ministerio de Salud Pública, a cargo de la doctora Rossana Chahla, se reunieron para contar sus historias de vida y experiencias dentro de la atención que, en promedio, hace más de 25 años brindan a la comunidad.
La primera en hablar sobre su trabajo fue la enfermera de Neonatología del Hospital Nicolás Avellaneda, Francisca Pastrana, quien muy emocionada contó: “Es una tarea que requiere mucho tiempo, esfuerzo, dedicación y lo mejor de uno para brindar a la persona que lo necesita”.
En ese sentido remarcó: “La enfermera neonatal es la otra cara de la moneda, porque tenemos que ser esa persona que debe contener no solo a los padres, sino al recién nacido. En ellos está toda nuestra dedicación, nuestro esfuerzo. Debemos brindar lo mejor de cada uno para que esa criatura viva y tratar siempre con optimismo a esa persona que está en nuestras manos”.
Francisca lleva 25 años de servicio y la mayoría de ellos los dedicó a Neo. “Es un hermoso lugar donde se trabaja con personas que dan lo mejor de su vida a los recién nacidos; por eso a ellos les digo que no decaigan en su ánimo y en su espíritu para seguir brindándonos y ayudando a las personas que lo necesitan”.
María Claudia Rearte es otra profesional que se desempeña en el servicio de Neonatología, en este caso del Instituto de Maternidad y Ginecología “Nuestra Señora de las Mercedes”. “Trabajo en un lugar con niños muy pequeños que están entre la vida y la muerte, son unos grandes luchadores, realmente héroes”.
Claudia se inició hace 25 años en la enfermería, trabajó en instituciones públicas y privadas y contó: “Atendí al ser humano en los distintos estadios de la vida. Empecé atendiendo a ancianos en el ex sanatorio Ados, a pacientes en Unidad Coronaria y luego en Maternidad en la Neo, que es lo que realmente me gusta hacer”.
Siguiendo esta línea, Rearte le dedicó un mensaje a sus compañeros: “En este día del enfermero argentino les deseo lo mejor y les dedico mi respeto por lo que hacen, mi reconocimiento por esta labor que hacen día a día de forma tan loable. Sepan siempre que los pilares fundamentales de nuestra profesión son la capacitación y el amor al prójimo, sin este compromiso no podemos salir adelante”.
En tanto, la supervisora de Enfermería del Hospital Centro de Salud, María Liliana Luna, trabaja hace 15 años en el lugar: “Desde muy joven me recibí de enfermera. Trabajé en Ados 14 años, luego cuando cerró tuve que salir a buscar otro trabajo y lo encontré en el Centro de Salud. En ese tiempo, había salas de 30 pacientes para una sola enfermera. Todo eso cambió”.
“Atendí a los pacientes que estaban en la sala de HIV también, fue una experiencia muy fuerte, muy importante, nunca había tenido la posibilidad de trabajar con ese grupo de pacientes. Ahí uno de ellos antes de fallecer me abrazó y me dijo: “-Señora, yo quiero que usted se lleve mi ropa para su casa”; eso me marcó para siempre”, continuó Luna.
En cuanto al mensaje que dirigió a sus compañeros, expresó: “Antes que nada la enfermería implica atención directa al paciente. Somos la primera persona que conocen cuando ingresan; por eso a los hombres y mujeres que tienen esta profesión, no se olviden que antes que enfermeras somos seres humanos y esa persona nos necesita más que a nadie”.
La supervisora de la Brigada de Vacunación, licenciada Sandra Ibáñez, comentó que se inició en su vida profesional y trabajó 13 años en Maternidad en consultorio externo y como vacunadora de piso. “Mi tarea era educar, enseñar a la mamá desde el momento en que llegaba a la consulta para darles entrada a la institución y luego ir cama por cama para vacunar a los bebés y a sus mamás».
“Enfermería ha crecido, tenemos gran apoyo por parte de las políticas de Salud, especialmente para la capacitación y la profesionalización en el área. Esto repercute en una mejor calidad de atención para el paciente”, contó Ibáñez, al tiempo que agregó: “El recurso humano es lo más grande que hay, el don humano puede ampliarse día a día para el beneficio de las personas. Nuestro trabajo abarca muchas cosas: somos psicólogos, investigadores, el enfermero es el nexo más directo del paciente. Esta es una hermosa profesión que reconforta el alma”.
Finalmente, la jefa de enfermeras de la Unidad 7 del Hospital del Niño Jesús, Marta Elena Iñigo, sostuvo: “Tengo una experiencia maravillosa, empecé a los 19 años en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital de Niños que es un lugar que amo y en el que me especialicé. Ya hace un año soy jefa de la Unidad 7 y es una experiencia única, nuestro trabajo es muy loable, los enfermeros del Hospital son gente maravillosa”.
“Enfermería evolucionó en capacitación, antes tenía menos importancia nuestro servicio y hoy somos profesionales de la salud. Hace 20 años un paciente que hoy está jugando en el cielo, me llamaba por mi nombre y solo para que vaya a jugar con él que tenía leucemia, eso me marcó para siempre”, expresó Iñigo, quien concluyó con unas profundas palabras: “No hay nada más maravilloso que servir y la enfermería es servicio desde el corazón, en mi caso estoy agradecida a la vida”.
https://youtu.be/bwr78azp1dY