Qué es la Acromegalia, los síntomas para detectarla y cuándo acudir al endocrinólogo
La responsable de la unidad de Patología Glandular del hospital Ángel C. Padilla, doctora Mariela Luna, desarrolla los alcances de esta enfermedad que tiende a agrandar las manos, los pies, la mandíbula de quienes la padecen. El servicio que brinda respuesta.
“La Acromegalia es una enfermedad de baja prevalencia, pero como es de instalación en muchos años, es importante estar atentos a los cambios en el aspecto genotípico de la persona. Se trata del aumento de las partes acras (manos, pies, mandíbula) que en un 85 por ciento de los casos es generada por un tumor localizado en la glándula hipófisis que produce la hormona de crecimiento, y genera esta sintomatología”, cuenta la referente.
En general, a lo largo de 10 a 15 años, los pacientes van cambiando su aspecto exterior. “Les pasa que comienzan a aumentar el tamaño de sus manos y esto puede verse representado en que los anillos van quedando pequeños; los pies van comenzando a aumentar el talle de calzado; si se mira al espejo, la persona puede encontrar que la cara, sobre todo la mandíbula inferior, incrementa su tamaño y la cara comienza a afearse. Además, se puede ver que la base de la nariz aumenta el diámetro; los dientes se separan”, detalla.
Y destaca que, el paciente puede rondar por múltiples especialistas sin poder concretar un diagnóstico definitivo. Esto se debe a que los signos y síntomas varían.
“La persona puede acudir al odontólogo, por ejemplo, y notar que los dientes se fueron separando y la mandíbula se fue modificando, y esto corresponder a esta enfermedad llamada acromegalia. Como así también, ir al reumatólogo y encontrar que la densidad del hueso ya no es adecuada y que las partes como mandíbula, manos y pies comenzaron a modificarse en calidad ósea”, añade.
Asimismo, consultar con un cardiólogo y encontrar una miocardiopatía dilatada; o el gastroenterólogo encontrar pólipos en el intestino.
“Es muy importante entonces la consulta con el endocrinólogo para poder unificar todos estos síntomas de distintos órganos y sistemas, y llegar al diagnóstico. Suele aparecer después de los 40 años de edad. El tumor en el 85 por ciento de los casos está localizado en la glándula hipófisis, dentro del cerebro. Para encontrar el tumor, si existiera, se necesita de un estudio complementario llamado resonancia magnética nuclear de región selar, que afortunadamente en nuestro hospital se realiza”, resalta.
Y advierte, que este tumor tomado a tiempo tiene solución: “Tiene un tratamiento que es quirúrgico. Es esencial hacerlo a tiempo para evitar la aparición de las comorbilidades como diabetes, disturbios intestinales como pólipos, cuidar el corazón porque pueden aparecer distintas cardiopatías, y alteración de los huesos”.