Qué se conoce como Síndrome de Piernas Inquietas y a quiénes afecta
La responsable de la Unidad de Trastornos del Sueño y Epilepsia del hospital Nicolás Avellaneda, médica neuróloga Daniela Graci, explica que esta patología puede tener varias causas, pero puede ser tratada con medicación y terapia de salud mental. Cómo detectarla.
“El síndrome de Piernas Inquietas tiene múltiples causas, entre las más frecuentes está el tener un déficit del hierro en la sangre. En muchas ocasiones no se puede detectar su origen. Se trata de una conjunción a mover las piernas, los pacientes lo padecen sobre todo durante la noche cuando están haciendo reposo, sienten que no pueden tener las piernas quietas, tienen una necesidad imperiosa de caminar. Durante el día no es tan evidente porque estamos en constante movimiento, pero lo pueden tener durante el día si se recuestan a ver la tele o una actividad así”, explica la especialista.
Esta patología no se acompaña con dolor ni ningún otro cambio, las piernas no tienen edemas ni lastimaduras. Es simplemente una necesidad del paciente de moverlas; por ello, en varias ocasiones da vuelta en la cama, no tolera las sábanas, a tal punto que se genera como una ansiedad que en algún momento desarrollan este hábito de empezar a caminar durante la noche.
Suele aparecer y quedarse durante varios días seguidos, después hay periodos prolongados donde el paciente no lo tiene, y de pronto por una situación de estrés, nervios, ansiedad, o falta de hierro en sangre, aparece. Cabe destacar que este síndrome es muy frecuente también durante el embarazo.
“Hay que recurrir para diagnosticar y tratar esta enfermedad a un médico clínico o neurólogo. Tiene un tratamiento farmacológico, la medicación al actuar sobre los núcleos cerebrales de la movilidad, de la parte motora, ayuda mucho a que el paciente calle el síntoma. Después lo podemos acompañar con algún tratamiento de salud mental, psicoterapia, medicación, porque genera mucha ansiedad”, sostiene Graci.
Por último, aconseja seguir lo que llaman “higiene del sueño”, es decir tratar de llegar a la cama al momento de dormir lo más tranquilo posible, siempre evitando cualquier estrés, intentando hacer un pequeño ritual para que la mente y el cuerpo sepan que está llegando la hora de dormir. Bañarse, ponerse el pijama, alejarse de las pantallas al menos una hora antes de dormir, ayuda a inducir el sueño. La actividad física también colabora a la hora de descargar tensiones y, recomienda la médica, en lo posible practicarla antes de la seis de la tarde, para que a la noche sea más fácil dormir.