Refuerzan la atención y los servicios para niños con autismo
El ministro de Salud Pública, doctor Luis Medina Ruiz, se reunió con especialistas en el tema, como el doctor Juan Pablo Molina, médico pediatra especialista en neurodesarrollo y jefe del servicio de Maduración y Desarrollo Infantil del hospital Avellaneda, la doctora Ana Paula Quintana, especialista en neurodesarrollo del hospital Eva Perón, y la directora de la Junta de Discapacidad, doctora Hortensia Juárez, para dialogar sobre esta problemática.
En la oportunidad, Molina contó que el objetivo de este encuentro es continuar trabajando y pensando la manera de poder resolver la alta demanda que tiene el sector público para detección, atención y tratamiento de los chicos con TEA (Trastorno del Espectro Autista). “Es un gran desafío y hay que pensarlo de manera interdisciplinaria. Contamos con la colaboración de Educación y lo que queremos lograr es armar un equipo grande con profesionales capacitados y con un espacio calificado para poder dar respuesta a esto”, manifestó.
El profesional explicó que cuentan con un equipo trabajado que es el del hospital Avellaneda y también en el hospital del Este: “Somos los dos centros referentes del tema, pero lo que buscamos es ampliar este equipo. La demanda se incrementó mucho a partir de la pandemia. Fue una etapa en la que los profesionales estuvimos destinados a la atención de Covid-19 y esto hizo que se juntara gente en la demanda de turnos, y en las consultas por dificultades en el desarrollo”.
En este sentido, la doctora Quintana remarcó que buscan articular para poder responder a la demanda de pacientes que tienen autismo: “Los papás, los profesionales y los maestros de escuelas están muy alertas y tienen mucha más información, por lo que pueden detectar esta patología y de esta manera los pacientes llegan de manera temprana a los consultorios muy bien orientados. Nosotros no solo tenemos que ayudarlos con el diagnóstico, sino también que pensamos en el futuro de esos niños para poder insertarlos en la sociedad”.
Por último, indicó que los signos de alerta en general son la comunicación, el lenguaje, la interacción social y una serie de conductas atípicas como sorderas selectivas, entre otras. “Queremos reforzar el diagnóstico para poder armar equipos disciplinarios que puedan responder a la demanda que crece y así mejorar su calidad de vida”, enfatizó.