Se conmemoró el Día Mundial del Alzheimer en plaza Independencia
La demencia es un síndrome que implica el deterioro de la memoria, el intelecto, el comportamiento y la capacidad para realizar actividades de la vida diaria. El alzhéimer es la forma más común de demencia y acapara entre un 60 y un 70 por ciento de los casos.
La demencia afecta a nivel mundial a unos 50 millones de personas, de las cuales alrededor del 60% viven en países de ingresos bajos y medios. Cada año se registran cerca de 10 millones de nuevos casos. Se calcula que entre un 5% y un 8% de la población general de 60 años o más sufre demencia en un determinado momento. Se prevé que el número total de personas con demencia alcance los 82 millones en 2030 y 152 millones en 2050. Buena parte de ese incremento puede achacarse al hecho de que en los países de ingresos bajos y medio el número de personas con demencia tenderá a aumentar cada vez más.
La referente del Programa de Atención Integral del Adulto Mayor, doctora Nilda Roldán, contó que todas las actividades que se desarrollaron en plaza Independencia, en el marco del día mundial, tienen como objetivo sensibilizar a la sociedad acerca de esta «epidemia del siglo XXI», así como sus consecuencias socio sanitarias; y de desarrollar una campaña de educación sanitaria dirigida a promover la prevención de esta patología, que afecta a quienes la padecen directamente y sus familiares cuidadores.
“Queremos que la población tome conciencia de lo que implica esta sociedad que es una patología. Lo que nosotros hacemos es un abordaje multidisciplinario. Es una tarea de asistencia a la vida diaria del paciente ya que no los puede hacer solo. El fin es tratar de mantener la mejor calidad de vida para la persona”, indicó Roldán.
En la oportunidad, María Sancho Alfonso, coordinadora del Programa de Alzheimer de la Fundación León, destacó la importancia de posicionar la problemática a nivel social ya que es una enfermedad que afecta no solo al que la padece, sino que impacta en la familia y amigos. “La sociedad debe contar con las herramientas para poder contener esta situación. Nosotros trabajamos acompañando a los cuidadores y familiares, tenemos distintos dispositivos de formación, capacitación y apoyo que funcionan en la sede de la fundación. Además también realizamos la parte preventiva con talleres para adultos mayores: de estimulación cognitiva, alfabetización digital, voluntariado, entre otras cosas, con la idea de que continúen con la vida activa y evitar el sedentarismo”, explicó.
Por su parte la referente del Departamento de Rehabilitación de la Provincia, licenciada Liliana Perret, manifestó: “Todo ser humano desde cualquier rango, en este caso el adulto mayor, es fundamental la actividad física. Todo debe estar controlado por profesionales sin descuidar la vida social ya que es importante que la mantenga. La no rutina ayuda a retrasar el deterioro característicos de esta patología”.
La demencia tiene un efecto abrumador en las familias de las personas afectadas y sus cuidadores. A menudo surgen presiones físicas, emocionales y económicas que pueden causar mucho estrés a las familias y cuidadores, que necesitan recibir apoyo por parte de los servicios sanitarios, sociales, financieros y jurídicos pertinentes.
En este sentido, la licenciada en psicología Adriana Casal, perteneciente al Programa de Adulto Mayor, indicó que su trabajo se baja en el acompañamiento. “Es importante contar con la contención necesaria y enseñarles el modo con el que deben tratar al paciente, de acuerdo al deterioro que vaya teniendo. La familia es la que más sufre, ya que el paciente no se da cuenta, pero frente a ese dolor tenemos que brindar las herramientas y los recursos para que puedan trabajar sobre esta circunstancia”.
Por último Benjamín Fernández, un jubilado de 68 años, destacó el trabajo realizado por el Ministerio de Salud: “Esto es muy positivo para que la gente tome conciencia sobre esta enfermedad”.