Se puede salvar muchas vidas conociendo el entorno y la realidad del adicto
Silvia Quevedo es Licenciada en Psicología y Licenciada en Sociología (UBA). Psicoanalista. Admisora y Directora de dos cursos en la temática consumo problemático de drogas en Centro de Día “Carlos Gardel” del Hospital Ramos Mejía, ella encabeza una de las luchas más grandes de esta nueva era, la lucha contra el consumo de drogas y la reducción de daños de las mismas.
También en reducción de daños trabaja el Centro “La Otra Base del Encuentro”, ubicado en el Bajo Flores en Buenos Aires. Desde hace nueve años, a los talleres y la atención ambulatoria que ofrecen, le sumaron recorridos por las calles y los pasillos para tomar contacto con las ranchadas.
“Tenemos dos equipos formados por trabajadores sociales, psicólogos, psiquiatras y médicos. Se recorre el barrio, en los lugares en los que ya sabemos que los chicos están consumiendo, y tratamos de, a partir primero de una aproximación, hacer que se vuelvan a apropiar de sus propios cuerpos y que se acerquen a los centros de salud. Así se salvaron muchas vidas, más allá de que quieran o no dejar de consumir”, cuenta Beatriz Baldelli, responsable del Centro.
La especialista del Bajo Flores expresó que lo que la llevó a la creación de este centro fue producto de la crisis del 2001, cuando los consumos empezaban a hacerse públicos al igual que el incremento de la violencia, que ya no respetaba códigos barriales, escapaba del seno familiar y se extrapolaba a la comunidad.
Como profesionales de la salud – siguió contando Baldelli – en ese momento no estábamos preparados para trabajar con el consumo problemático, pero si contábamos con compañeros que venían marcando un camino, como lo es el Centro Carlos Gardel, que marcaron precedente en el trabajo de reducción de daños, que es un paradigma diferente al abstencionista, donde se le pide a la persona que para iniciar un tratamiento tiene que dejar el consumo, como si el problema fuera la sustancia en sí misma. Desaparecida la sustancia, desaparece el problema.
Baldellì testimonió sobre lo ocurrido en 2001,”nos encontrábamos emplazados en una zona de venta y consumo, es así que surge la idea de la creación de este centro, porque teníamos una responsabilidad como centros de salud, saber de qué se enferma nuestra población, qué problemas tienen. Entonces, aparece otro problema una vez creado el centro. La gente no se acercaba a buscar tratamiento. Es ahí cuando tuvimos que diseñar estrategias para acercarnos a ellos, adaptadas a las realidades locales y culturales.
“En nuestra experiencia, utilizamos la estrategia de acercar a los escenarios de consumo agua y alguna colación, teniendo en cuenta que la pasta base genera aumento del calor corporal y deshidratación, para cortar el ritual. Aquí se pone de manifiesto la categoría “tiempo”, que interrumpe ese continuo, porque cuando hay tiempo, hay separación y posibilidad de palabra, cuando la palabra aparece existe la posibilidad de empezar a conocer una historia y empezar a pensar interdisciplinariamente e intersectorialmente estrategias de intervención”.
Quevedo, precursora de esta modalidad, explicó que este nuevo paradigma planteado por el Carlos Gardel radica en un mínimo de exigencia, es decir, desarrolla estrategias de intervención que tienen que ver con lo que el otro puede sostener.
Siguiendo esta línea, explicó que en el campo del uso de drogas la primera alternativa para los usuarios que deciden abandonar el consumo es la internación, como si fuera el tratamiento predilecto para ellos. “Lo que implementa esta ley es que esa medida sea la última, cuando han fracasado las demás opciones y propone diferentes tratamientos según la realidad y singularidad de la persona”.
Asimismo, continuó sosteniendo que la Ley asegura la conformación de equipos interdisciplinarios, pero que existe una resistencia a esto todavía, que con las capacitaciones se va a superar, ya que el campo es muy complejo porque atraviesa lo que le sucede a los sujetos; los contextos sociales y los discursos sociales sobre las drogas y; por otra parte los efectos de las sustancias psicoactivas de las drogas en el sistema nervioso central. Este entrecruzamiento merece el trabajo interdisciplinario.