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Bruxismo: una problemática que aumentó por el estrés generado en la pandemia

Una de las principales situaciones que provocan estas enfermedades es el estrés, pero también hay muchos casos de deterioro dental por postergar las visitas al dentista.

El bruxismo es una parafunción mandibular persistente que se conoce comúnmente como rechinar de los dientes. Este se puede producir durante el día o por la noche. El más frecuente es el relacionado con el sueño, también el más difícil de controlar.

La jefa de la División de Odontología del Siprosa, doctora Susana Blunda, advierte que el estrés es el mayor factor desencadenante de esta patología y, entre otros factores mencionó: el hábito de sueño, alimentación, posturas, alineación de dientes y la incapacidad de relajarse.

“En general los especialistas dicen que cada caso es diferente. Nosotros los odontólogos hacemos el diagnóstico y tratamiento, pero esta patología requiere de un trabajo conjunto con otros especialistas como psicólogos y kinesiólogos”, explicó la profesional.

En tiempos de pandemia, muchos profesionales recibieron consultas por esta problemática debido a que el estrés y la ansiedad fueron, y siguen siendo, sensaciones comunes. El incremento de la tensión emocional lleva con frecuencia a apretar las mandíbulas y hasta a rechinar los dientes de forma inconsciente e involuntaria, que produce desgaste y fracturas en las piezas dentales.

Además de problemas en la dentadura, este problema deparó otros problemas en el organismo, como dolores de cabeza y de espalda. Por ello, los profesionales aseguran que la solución es aplicar una placa de descarga, que ayuda tanto a relajar la dentadura como los músculos que actúan sobre la misma.

Entre los signos y síntomas del bruxismo, Blunda mencionó:

  • Rechinar o apretar los dientes, con un sonido que puede ser tan fuerte como para despertar a la persona que duerma contigo
  • Dientes aplanados, fracturados, partidos o flojos
  • Esmalte dental desgastado, por lo que se ven las capas más profundas de los dientes
  • Mayor dolor o sensibilidad dental
  • Músculos de la mandíbula cansados o rígidos, o mandíbula trabada que no se puede abrir o cerrar por completo
  • Dolor o inflamación de mandíbula, cuello o rostro
  • Dolor similar al dolor de oído, pero que no es un problema del oído en realidad
  • Dolor de cabeza sordo que comienza en las sienes
  • Lastimaduras por morder la parte interna de la mejilla
  • Alteración del sueño

“Hay una frase conocida: se dice que un paciente desgasta un diente en una noche en bruxar, que en toda una vida al masticar”, destacó Blunda, a la vez que explicó que durante el cuadro agudo es importante:

  • Realizar ejercicios de relajación que ayuden a reducir el estrés del paciente.
  • Aplicar hielo o paños calientes en el área donde está localizado el dolor.
  • Masajear la zona afectada.
  • Dormir las horas recomendadas.
  • Beber mucha agua.
  • Realizar una ortodoncia para alinear los dientes.