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Conmemoración por el día de la obstetricia

Cada 31 de agosto se recuerda a nivel nacional el día de las parteras y embarazadas, en homenaje al fallecimiento de San Ramón Nonato.

Esta especialidad se ocupa de acompañar a la mujer durante su embarazo, parto y puerperio.

La atención que brindan los profesionales de la obstetricia comprenden también aspectos psicológicos y sociales de un período tan especial como es la maternidad, por lo cual su calidad humana simboliza entrega, compañía, compromiso y presencia en el nacimiento del nuevo ser. Significa contención al binomio madre-hijo.

Los obstétricos, desempeñan un papel esencial en actividades de prevención de la enfermedad y promoción de la salud. Son para el Sistema de Salud Pública, el recurso humano adecuado y capacitado que humaniza la atención integral de las embarazadas en una etapa tan importante de sus vidas. Asimismo, su función es reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el profesional que reduce eficaz y sostenible de la mortalidad materna y neonatal.

En este día tan especial, el Ministerio de Salud Pública reconoce su labor por ser quienes desempeñan un rol fundamental en el acompañamiento, no solamente en el momento del embarazo y la preparación integral para la maternidad, sino también en el momento del parto, controles y consejerías en salud sexual y reproductiva a las madres tucumanas.

La historia de San Ramón Nonato
San Ramón Nonato, es el patrono de las embarazadas, los niños por nacer y los parteros. Al santo se lo vincula a ellos, porque nació de una manera milagrosa, después de casi 14 horas de fallecida su madre. En ese momento, Don Ramón Folch, vizconde de Cardona andaba de cacería en la montaña y encontró a esa madre que la estaban velando. Viendo que había un movimiento en el vientre de la madre con su cuchillo de caza, prácticamente realizó una cesárea y logró que naciera bien el bebé. Entonces en honor a él le ponen el nombre de Ramón que significa un protegido de Dios. A partir de allí la vida de Ramón fue una vida llena de prodigios y milagros. Tenía diálogo con la Santísima Virgen María y se dedicó a acompañar a mucha gente que deseaba tener hijos y liberar a los cristianos cautivos por los moros en las costas de África”.