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Deshidratación: Conocé cómo detectarla y prevenirla

La médica clínica del hospital Padilla, doctora María Cecilia González, se refirió a la pérdida excesiva y a veces riesgosa para la salud de los fluidos corporales.

Entre sus causas se encuentra cualquier enfermedad que curse con vómitos y diarreas, como las gastroenteritis de origen virósico o bacteriano. Otra causa de pérdida de líquidos es la sudoración excesiva, como la que acontece durante prácticas deportivas muy intensas sin adecuada reposición hídrica, o ante una exposición prolongada al calor extremo o al sol directo, que puede generar casos severos de deshidratación también.

“Los golpes de calor también pueden cursar con vómitos e hipertermia que exacerban el cuadro. La falta de ingesta de líquidos es causal de deshidratación y es muy común en los ancianos, pacientes con cuadros demenciales o neurológicos y niños pequeños que no pueden comunicar que tienen sed y dependen completamente de un tercero para poder hidratarse”, detalló la profesional a la vez que agregó son pautas de alerta la sensación de agotamiento o cansancio, sueño, presión baja, la presencia de ojeras, ojos hundidos, lengua seca, cefalea o falta de eliminación de orina en muchas horas u orinas muy concentradas.

Al tiempo la referente advirtió que en casos severos de golpes de calor el paciente puede incluso desarrollar una crisis convulsiva con deterioro del estado de conciencia, hipotensión arterial severa o shock. “El lavado de manos es fundamental en la prevención de enfermedades de origen bacteriano o virósico que pueden producir gastroenteritis y esto a su vez deshidratación. El uso de barbijo también asiste, ya que colabora con la prevención de virus respiratorios que también son generadores de gastroenteritis”, definió.

En el caso de los niños en etapa escolar la recomendación de González fue evitar compartir botellas, vasos y cubiertos, para la prevención de las enfermedades infectocontagiosas originadoras de gastroenteritis y para la población en general un consumo de alrededor de 8 vasos de agua diarios o más -litro y medio a dos litros como base-.

“Si el clima es frio y nos cuesta consumir agua, es ideal el consumo de infusiones calientes como té, mate y caldos para no deshidratarnos. En los niños pequeños la lactancia materna a demanda es la gran aliada para prevenir deshidratación y cuando son un poco mayores incentivar el consumo de agua o de jugos de frutas naturales, no de gaseosas, a la par de evitar la exposición directa al calor y al sol entre las 10:00 a las 17:00 horas”, dijo.

Finalmente respecto al cuidado en población de adultos mayores, la profesional recomendó la guía y supervisión médica dirigida a los cuidadores de cada paciente, con el objetivo de orientar la correcta hidratación según la necesidad en cada caso.