Inicio » Hospitales » Hospital Avellaneda » Deshidratación en niños: cómo prevenirla y cuáles son los cuidados

Deshidratación en niños: cómo prevenirla y cuáles son los cuidados

El médico pediatra del hospital Avellaneda brindó recomendaciones para que los padres estén alerta ante los primeros síntomas.

El doctor Javier Kamel explicó: «La deshidratación es un cuadro clínico caracterizado por un balance negativo de agua y electrolitros, una pérdida de los mismos. La causa más frecuente es la gastroenteritis aguda que aumenta su incidencia en esta época del año, cuando aumentan los calores. La consecuencia más grave es la deshidratación, sobre todo en niños menores de 18 meses».

En cuanto a los síntomas principales de este cuadro, el profesional de la salud indicó: «Puede ser leve, moderada o grave. Es importante distinguir cuando la deshidratación es leve para tomar medidas rápidamente y evitar que el niño llegue a la deshidratación moderada o grave. Por ejemplo, los padres deben estar alerta en casa cuando los niños empiezan con una pérdida no habituales, sobre todo gastroenteritis que se manifiesta fundamentalmente con vómitos y diarrea; por lo tanto hay que garantizar la ingesta adecuada de líquidos».

«Un niño que tiene una deshidratación leve va a tener más sed de la habitual, la orina de menor cantidad y oscura, va a estar más irritado y somnoliento, tendrá los ojos hundidos, la boca y lengua estarán secas, la respiración será más rápida de lo normal. Ya con un cuadro más grave el niño tendrá una sed excesiva, no va a orinar en las últimas horas, estará más decaído, con los ojos más hundidos, sin lágrimas, la boca estará más seca y sin saliva», afirmó.

Luego, Kamel recomendó hacer una consulta con un especialista en pediatría ante estos casos: «Lo más importante es detectar la deshidratación a tiempo y que los padres estén alerta para poder acudir al centro asistencial más tempranamente posible».

Por último, recalcó: «Lo esencial es hidratarlo al niño, no darle ningún tipo de té, jugo ni nada. Se debe asegurar que el agua que va a consumir el niño sea potable, en caso de dudas puede hacerla hervir. Lo que ayuda mucho, si el niño lo tolera en caso de deshidratación leve a moderada, son las sales de hidratación oral. Son de fácil preparación, es un sobrecito que se diluye en un litro de agua potable, que ea hervida y enfriada para más seguridad; con eso garantizamos una buena hidratación. Y cerró: «Siempre teniendo en cuenta que la cantidad de líquido que ingresa tiene que ser mayor a la que sale, ya sea por vómitos como por gastroenteritis».