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Día de la Fibromialgia 2022: Una enfermedad silente que necesita ser reconocida para garantizar derechos a quienes la padecen

La coordinadora de la Unidad de Fibromialgia del hospital Nuestra Señora del Carmen, licenciada María José Sepúlveda, habló sobre la patología altamente discapacitante e incapacitante que afecta principalmente a la población femenina y que requiere de un abordaje intersectorial de equipos de salud formados por reumatólogos, psiquiatras, nutricionistas y profesores de educación física.

La fibromialgia es una enfermedad crónica que se caracteriza por la presencia de dolor generalizado, intenso y profundo de partes blandas, músculos, ligamentos y tendones; fatiga o agotamiento que no permite realizar las tareas cotidianas más simples; ansiedad, depresión y estrés, entre otros síntomas que presentan quienes la padecen. Una vez que la persona atraviesa más de tres meses con esta sintomatología se la puede sospechar, hay una mayor prevalencia en la población femenina y puede presentarse en diferentes etapas de la vida, afectando también a la niñez y a la adolescencia.

Hace unos años, comentó Sepúlveda, la fibromialgia se encontraba dentro del grupo de las enfermedades reumáticas, por lo cual quienes la evaluaban y diagnosticaban eran los reumatólogos, pero en la actualidad se la engloba dentro de las denominadas enfermedades de sensibilización central, ya que se descubrieron factores neurológicos y neuroquímicos relacionados al sistema nervioso central que inciden en ella.

“La edad de consulta ha bajado, antes la edad frecuente era a los 40 años y actualmente se ven pacientes de 30 años. Entre los 39 y 50 años es la etapa de mayor consulta y en la que se presenta más variada sintomatología”, sostuvo la referente, quien a su vez resaltó que en contexto de pandemia se agudizaron algunos cuadros de la enfermedad y se incrementaron las consultas en el efector referente que ofrece abordaje interdisciplinario.

“El diagnóstico de la fibromialgia es clínico y suele ser tardío porque cuesta arribar al especialista capacitado para diagnosticar esta patología. El paciente muchas veces deambula del médico clínico al traumatólogo, reumatólogo y otros especialistas que generan para la persona una dificultad, ya que no existen radiografías ni resonancias o análisis que den cuenta de su presencia en el organismo”, puntualizó, si bien agregó que gracias a la difusión que existe en la actualidad sobre la problemática los tiempos diagnósticos se acortaron de un año a tres.

Siguiendo esta línea Sepúlveda hizo hincapié en la importancia de la capacitación en la materia, especialmente en el nivel primario de salud, para que se puedan realizar derivaciones oportunas. La actual prevalencia de la enfermedad es de un 6 a un 8 por ciento y su carácter incapacitante hace que afecte las diferentes áreas de la persona que la padece, a saber no solo su salud física, sino sus vínculos personales, interpersonales, sociales, laborales, entre otros.

“Se genera muchas veces un círculo vicioso de baja autoestima a causa del dolor, la incertidumbre, la falta de entendimiento por parte de los afectos y la familia o de los compañeros de trabajo. Como es una enfermedad invisible muchas veces los pacientes sufren porque no les creen cuando manifiestan su malestar y a eso se suma la falta de sueño o de un descanso reparador, lo cual afecta el desempeño y cumplimiento de la rutina diaria”, detalló la profesional a la vez que mencionó el deterioro neuro-cognitivo como uno de los principales síntomas que se descubrieron recientemente y que tiene que ver con una dificultad para retener la atención a corto plazo.

La Unidad de fibromialgia del hospital Nuestra Señora del Carmen ofrece además de contención psicológica, talleres de baile, teatro y actividad física que buscan ayudar a las pacientes a sobrellevar el dolor y sentirse contenidas.