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Día Mundial de la Dermatitis Atópica

La dermatóloga del hospital Eva Perón, doctora Cecilia Valdez Mibelli, se refirió a la afección que es cada vez más frecuente en consulta y en cuya aparición el factor emocional de estrés juega un rol determinante. El 14 de septiembre se escogió como fecha de concientización con el objetivo de visibilizar a la población acerca del impacto de esta enfermedad.

Cuando se habla de dermatitis atópica, la profesional explicó que se hace referencia a un eccema o inflamación de la piel, acompañada de irritación, enrojecimiento, engrosamiento, escamosis y prurito o picazón que genera que la persona que lo sufre se rasque tanto que termina por lastimarse e incluso puede derivar en una infección importante. “Si bien se puede manifestar en cualquier edad, es muy frecuente en los niños. Es una enfermedad crónica que se exacerba y que suele volver a aparecer y en ella el estrés suele ser un factor determinante”, contó.

En este sentido la especialista refirió que al momento de interrogar al paciente o a sus padres acerca de antecedentes de la afección, suelen registrarse antecedentes familiares o de broncoespasmos, rinitis a repetición y en general de cuadros de la vía aérea -asma, alergias-: “Aun así el factor emocional juega un papel fundamental, por eso se dice que los niños expresan sus emociones a través de la piel y en ese sentido si el paciente es un bebé solemos interrogar a los papás sobre si sucede algo entre ellos, en edad de escolaridad si tuvieron algún problema en sus escuelas, entre otras posibilidades”.

Respecto al tratamiento la referente hizo hincapié en la importancia de combatir la sequedad de la piel, evitando el uso de jabones que la resequen aún más y los baños de agua muy caliente: “Si el agua puede ser templada mucho mejor y si se puede agregar un aceite mejor aún. La piel debe secarse sin frotar, aplicar cremas humectantes sin perfume, no colocar colonias en el cuerpo, evitar el contacto con el pelaje de animales cuando estén brotados, evitar el contacto de la piel con ropa de lana o sintética y priorizar en la medida de lo posible el uso de prendas de algodón”.

“Los baños de avena son en estos casos muy recomendables, en una cacerola grande se coloca agua y en un trapo blanco limpio se coloca avena, el trapo se anuda y se pone todo a hervir. Cuando esa agua obtenida se enfría y se aplica, da como resultado una piel mucho más suavizada”, recomendó la profesional.