Inicio » Hospitales » Hospital Avellaneda » Diabetes Gestacional: Mitos y verdades

Diabetes Gestacional: Mitos y verdades

La endocrinóloga de adultos del hospital Avellaneda, doctora Silvina Mikael, habló sobre la patología que afecta a embarazadas alrededor del mundo y brindó información acerca de cómo prevenirla. Al tiempo, la especialista derriba algunos mitos relacionados con la posibilidad de transmitir la afección al niño durante el embarazo.

La diabetes gestacional es un tipo de diabetes que se diagnostica a partir del segundo trimestre del embarazo, en mujeres embarazadas que nunca antes padecieron esta enfermedad. Si se llegara a diagnosticar durante el primer trimestre se conoce como diabetes pre-gestacional y se considera que la paciente ya padecía la afección antes de gestar.

El riesgo que reviste el embarazo en cada caso es distinto. «La embarazada que ya era diabética antes de la concepción tiene mayores riesgos durante su embarazo. La diabetes gestacional se puede diagnosticar con la prueba de tolerancia oral- se extrae sangre para una prueba de glucemia en ayuna, se le da a tomar un líquido dulce estandarizado en 75 gramos de glucosa y se realiza la extracción para glucemia transcurridos 120 minutos- y si el valor registrado luego de las dos horas da 140 o más, se diagnostica diabetes gestacional A1 o leve» explicó la especialista.

En tanto la diabetes gestacional A2 se diagnostica a través de dos valores en ayuna de 100 o más de 100 mg por decilitro. Los valores que se interpretan como valederos para el diagnóstico de diabetes gestacional son notablemente menores que los que se toman como referencia para diagnosticar diabetes en pacientes no embarazadas.

Si la paciente tiene valores mayores a 126 en ayuna, se lo interpretará como un tipo de diabetes gestacional que reviste mayores riesgos, mayor requerimiento de insulina y suele tener un pronóstico más complejo. «La más frecuente es la diabetes gestacional A1 que diagnosticamos con la prueba de tolerancia oral y que normalmente los obstetras indican a todas las embarazadas a partir de la semana 24. Si la paciente tiene factores de riesgo como obesidad, antecedentes familiares de diabetes o si tuvo insulino-resistencia previa u ovario poliquístico, puede solicitarse la prueba antes», detalló Mikael.

Inicial y primordialmente el tratamiento para todas las embarazadas con diabetes gestacional es la adherencia a un plan nutricional que incluya una amplia variedad de alimentos, incluidas frutas y verduras frescas, cereales integrales, fibra y proteínas saludables, junto al monitoreo periódico de sus niveles de glucemia. Si en base a esto los registros de valores no cumplen con lo requerido, se indica insulina ya que no es posible usar medicamentos orales durante el embarazo.

Como uno de los principales mitos a derribar se encuentra la idea de que la diabetes gestacional se transmite al bebé: «Si la paciente cumple con todos los requisitos y cuidados el bebé nace sin ninguna complicación. El mayor compromiso que tiene la diabetes gestacional para el bebé es que nazca pesando más de 4 kilos, ya que, contrario a lo que antes se creía relacionando niños grandes con salubridad, ese tamaño puede desencadenar nacimientos antes de tiempo y por ende prematurez con todo lo que eso implica», aclaró la profesional.

El hecho de tener diabetes gestacional no implica necesariamente que la paciente vaya a tener diabetes de manera crónica, pero sí predispone a la madre a tener un nuevo episodio de la enfermedad durante otro embarazo o a desarrollar diabetes tipo 2 en el futuro. “El 80 por ciento de las diabetes gestacionales se resuelven cuando nace el bebé, a las 6 semanas del nacimiento se realiza una nueva prueba de tolerancia y con ella se confirma si esa mamá se curó o no de la patología”, agregó.

Finalmente Mikael advirtió que una embarazada que haya tenido antecedentes en la familia de diabetes o que se haya embarazado con sobrepeso u obesidad previa, debería comentar esos factores a su obstetra para que durante los primeros controles se logre arribar a un diagnóstico que por temprano favorecerá el pronóstico de ese embarazo.