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Dislexia: Qué es y cómo reconocerla

La integrante del servicio de Maduración y Desarrollo Infantil, encargada de Evaluación Neurolingüística del hospital Avellaneda, licenciada en fonoaudiología Nancy Costello, brindó detalles acerca de esta problemática que dificulta procesos de lectura y aprendizaje escolar.

En este sentido, si bien la especialista ponderó la labor articulada con diversas especialidades fundamentalmente en lo que atañe al diagnóstico y abordaje del trastorno del espectro autista, comentó que actualmente cada vez más se registran consultas de niños en edad escolar- de 6 a 8 años en su mayoría- que presentan problemáticas en el aprendizaje. «La demanda es muy alta, tenemos la suerte de contar con un área de psicopedagogía y eso nos permite realizar diagnósticos en el área de lo que sería netamente aprendizaje y descartar o confirmar retrasos cognitivos», detalló.

Respecto a la dislexia la referente sostuvo que es un trastorno que genera dificultad en los aprendizajes escolares, en la adquisición específica de la lectura y la escritura y agregó que se trata de uno de los motivos más comunes que se encuentran a la hora de incorporar aprendizajes. La problemática afecta zonas del cerebro que procesan el lenguaje y genera a raíz de esto una complejidad para identificar los sonidos del habla y para comprender cómo estos se relacionan con las letras y las palabras (decodificación).

La licenciada explica que una de cada diez personas puede tener esta dificultad y que en varones hay una mayor prevalencia que en mujeres. «Al ser una destreza compleja la adquisición de la lecto-escritura, se podría decir que la dislexia presenta grados de dificultad diferentes, mayores en algunos niños que en otros, dependiendo también de la edad en la que se la detecte», agregó.

Siguiendo esta línea Costello afirmó que para que una persona con dificultades de aprendizaje sea diagnosticada con dislexia, debe tener un nivel intelectual adecuado, sin ningún tipo de discapacidad o alteración sensorial a nivel auditivo ni visual que pudieran ser causa de las problemáticas.

Tempranamente, cuando el niño tiene 4 años, sostiene la especialista se puede percibir la evolución de su lenguaje y si se observa que el inicio es tardío, esto es un signo de alarma que debería llevar a los padres a consultar:

«El niño a partir de los tres años empieza a incorporar un mayor vocabulario y a los cuatro a cinco años si le cuesta el aprendizaje de los colores, pronuncia mal las palabras, no puede adquirir las secuencias numéricas o secuencias cortas como las estaciones, rimas, el esquema corporal o si a partir de los seis años tienen un trazado invertido y modifican el sonido del gráfico de la letra, se debe sospechar y realizar las consultas pertinentes con áreas de psicopedagogía y fonoaudiología».

Continuando con los signos de alarma la especialista consignó las repeticiones a la hora de la lectura y lecturas muy lentas que complejizan procesos de comprensión. «El psicopedagogo interviene prioritariamente para descartar que no haya compromiso cognitivo, es decir que no esté comprometido el coeficiente intelectual del paciente y una vez descartado eso se podría decir que se encuentra un problema como la dislexia».

Dentro de los tratamientos la licenciada destacó la importancia de contar con la Ley Nacional 27.306 que apunta al abordaje de las dificultades específicas de aprendizaje y que contempla el derecho del niño a adecuaciones en el espacio escolar, ya que tendrá otros tiempos de aprendizaje, priorizando para él entre otras cosas la oralidad antes que la escritura.