El bastón verde, símbolo de identificación y pertenencia
En Argentina y en varios países se conmemora hoy el Día del Bastón Verde para difundir su uso y también para ayudar a diferenciar a las personas de baja visión de aquellas que no ven por completo, contribuyendo así a mejorar su calidad de vida.
La baja visión es una discapacidad que no puede solucionarse con un lente común ni con cirugía, pero en la que se conserva algún resto de visión la que sí puede reforzarse con un tratamiento de rehabilitación, resaltó el doctor Próspero Palazzo, oculista del hospital Nicolás Avellaneda. “No se puede hacer nada ya por la disminución de la visión pero sí trabajar con lo que queda. Tenemos especialistas y centros de baja visión, técnicas e instrumentos como lupas o telescopios para poder sacar el máximo provecho de ese remanente”, añadió.
La Organización Mundial de la Salud estima que el 11% de la población padece alguna disminución severa visual. Las patologías más frecuentes que afectan la visión son glaucoma, que se produce cuando no se detecta la presión ocular por lo que no es tratada oportunamente; la retinopatía diabética y la maculipatia relacionada a la edad avanzada. Son personas que ven pero escasamente y de muy variadas formas.
Desde 2002 Argentina cuenta con la ley que promueve la utilización del bastón verde como instrumento de orientación y movilidad para personas con baja visión, ayudando al tiempo a identificarlos. Una normativa similar existe en Uruguay y en Brasil. “Es necesario que la sociedad conozca que el bastón de color verde identifica a una persona que no es ciega, sino que tiene poca visión lo que conlleva una discapacidad, y que además deben tener la posibilidad de iniciar una rehabilitación visual”, declaró el doctor Palazzo.
En niños y en adolescentes la posibilidad de rehabilitación visual puede tener un significativo impacto en su calidad de vida, trabajar en este sentido de manera oportuna es primordial, remarcó el doctor Palazzo. “Vemos chicos con retinopatías del prematuro que deben aprender la lectoescritura y es en ese momento que el trabajo de rehabilitación es fundamental para potenciar el remanente visual”, puntualizó.
El doctor Palazzo es uno de los cuatro oftalmólogos que trabajan en el hospital Avellaneda de lunes a viernes, de 7 a 13 horas. Es uno de los servicios que mayor demanda concentra, no solo por consultas de las distintas patologías que pueden afectar la salud visual, sino también por las historias clínicas que requieren la mayoría de los pacientes, a diario, para poder realizar los trámites para acceder o renovar sus certificados de discapacidad.
El Sistema Provincia de Salud cuenta además con el Centro de Baja Visión que se encuentra en calle Alberdi 416 (San Miguel de Tucumán), y atiende todos los días de 13 a 19 horas. El equipo de salud recibe sobre todo a personas derivadas por su oftalmólogo pero también a quienes desean realizar una consulta espontánea. Para comunicarse, llamar al teléfono (0381) 4-526291.