El Hospital de Niños fue bendecido con la presencia de una eminencia del Vaticano
La ministra de Salud Pública, doctora Rossana Chahla, como máxima autoridad del área de salud de la provincia, le dio la bienvenida en el Hospital del Niño Jesús al enviado pontificio, Giovanni Battista Re, en el marco del XI Congreso Eucarístico Nacional
La sola presencia del enviado del Papa Francisco llenó de emoción y esperanza a los niños enfermos, a sus familias y a los empleados del sistema público de salud que se congregaron para su recibimiento. El hecho se desarrolló en un marco de fe para que los pequeños con problemas de salud puedan tener la bendición que les ayude a una pronta recuperación.
El legado primero estuvo en la capilla del hospital y se le presentó un video donde se mostraron las actividades solidarias que se hacen en el lugar. Luego recorrió la Sala de Recuperación de Pacientes Cardiovasculares, la Terapia Intensiva y finalmente visitó a un número nutrido de pacientes, niños que no llegaban a entender la dimensión de lo que sucedía, pero que sin lugar a dudas vivieron uno de los momentos más importantes en la historia de sus vidas.
Durante la recorrida, la ministra se mostró colmada de emoción por la visita de Re. “Es una bendición para todos poder recibir al enviado del Papa. Esto llena de alegría a todos y nos da fuerzas y esperanzas para seguir”.
En este sentido, Battista Re en un contacto con la prensa reconoció el trabajo que se hace desde el Ministerio, y agradeció la función de Chahla como responsable de la salud en contacto directo con la realidad: “Estoy emocionado y agradecido por lo que hacen. Se nota que es un Hospital con mucha actividad pastoral”.
Por su parte el director de la institución, doctor Oscar Hilal, quien también acompañó la recorrida, manifestó:
“Llevo 17 años en el Hospital, desde la subdirección primero y ya hace varios años a cargo de la dirección y esta es una de las visitas más importantes que hayamos tenido en todo este tiempo”.
La Hermana Superiora de la Comunidad del Huerto, Silvia, no podía contener su alegría: “Esta es una gran bendición de Dios, pero tenemos que seguir trabajando todos juntos en la parte pastoral y a la par de los médicos. El Cardenal nos pidió especial humanidad en el trato cotidiano y eso es lo que estamos haciendo cada día cuando estamos en contacto con un enfermo”.