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El programa Prosane incorporó un auto-refractómetro a sus servicios

El Ministerio de Salud Pública añadió este dispositivo de alta tecnología para beneficio de los alumnos de escuelas de la capital y del interior de la provincia.

Con el objetivo de brindar un servicio más completo a los niños de escuelas primarias que reciben el Programa de Salud Escolar (Prosane), el sistema de salud de la provincia adquirió un nuevo auto-refractómetro móvil. A través de esta herramienta los médicos podrán fortalecer el diagnóstico, dando mayor precisión en la prescripción de anteojos que resulten de la evaluación del paciente.

Al respecto el referente del Programa Infanto-Juvenil, doctor Oscar Hilal, comentó: “Este equipo es de gran importancia y alto costo, y va a venir muy bien a toda la provincia porque es fundamentalmente móvil. Nos va a permitir llevar la salud al lugar donde está el niño o el paciente. Se va a utilizar en chicos y en adultos a través de los operativos sanitarios, porque el equipo es perteneciente al Ministerio de Salud y al PRIS”.

Por su parte, el director general de Tecnología Médica del Siprosa, ingeniero Luis Rocha, explicó que el auto-refractómetro permite determinar la refracción y da las mediciones precisas para recetar posteriormente los anteojos. También tiene otras propiedades como poder visualizar las corneas y la resolución en cuanto a la curvatura de las mismas. Y destacó que el aparto proporciona una impresión final en un ticket con los valores de las determinaciones, lo que permite tomar esta información y vincularla a los sistemas informáticos del sistema de salud.

Además, la coordinadora del Prosane, doctora Paola Robles, manifestó: “El programa está en la provincia desde hace ocho años y el examen  oftalmológico siempre fue parte de la revisación completa de los chicos. Teníamos una baja complejidad para la observación de los alumnos: primero un tamizaje, luego la incorporación de una oftalmóloga y ahora, con el transcurso de los años, pudimos incorporar este aparato de alta tecnología donde se puede precisar exactamente la patología oftálmica del chico y así poder confeccionar la receta con la mayor precisión posible y llegar a un diagnóstico”.

En la oportunidad, el especialista agregó: “Ayer estuvimos en la Escuela Ramón Carrillo de la localidad del Río Loro, en El Cadillal, y se revisó la matrícula de primero y sexto grado.  Se hizo el examen oftalmológico ya inaugurando este nuevo equipo y diagnosticamos a ocho chicos con sus patologías y les dimos la receta. Además, el programa le compra los anteojos a los chicos, no queda simplemente en el diagnóstico”.

Cabe destacar que a este estudio se suma una audiometría de barrido tonal, como estudio que se practica a los estudiantes. De este modo, el paciente que no pase este primer tamizaje es derivado a una audiometría clínica para continuar con un tratamiento adecuado a sus necesidades. Y tal como lo dice Robles, “con estos dos aparatos podemos cubrir casi todos los chicos de primero y sexto grado, y los estudios forman parte de la ficha de ingreso escolar”.

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