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Infección Urinaria: La importancia de decirle No a la Automedicación

La encargada del servicio de Infectología del hospital Padilla, doctora Erika Zelaya, se refirió a la patología, sus formas de diagnóstico y priorizó la importancia de no optar por la automedicación y de la consulta oportuna con el especialista.

La profesional resaltó que para detectar y diagnosticar una infección urinaria no basta con encontrar un germen en el cultivo de orina, sino que a raíz de eso el paciente presente determinada clínica -dolor en la parte baja del abdomen, dolor lumbar, sensación febril, ardor al orinar, urgencia miccional, polaquiuria, sensación de que aun orinando quedan restos o residuos en la vejiga- y que el mismo no se encuentre de base con su sistema inmunológico alterado, por edad o por estar inmunocomprometidos o embarazadas.

“Un adulto mayor con una infección urinaria probablemente no haga fiebre, pero sí va a presentar otra sintomatología como algún tipo de alteración del estado mental, adormecimiento o síntomas gastrointestinales como nauseas o vómitos”, diferenció la profesional en tanto agregó es también fundamental diferenciar entre una infección urinaria común o no complicada, de la que se considera compleja.

Una infección urinaria compleja debe tratarse con inmediatez y de forma específica en determinadas poblaciones: embarazadas, varones con mucha sintomatología, pacientes con antecedentes de alteraciones anatómicas o funcionales del tracto urinario, cuando se tiene catéter urinario permanente o cuando se tiene de base una enfermedad renal o que inmunocompromete a la persona.

“Es importante transmitir el mensaje a la comunidad de que no se automediquen, sobre todo porque el problema de resistencia antimicrobiana es creciente en nuestra sociedad actual, que no es más ni menos que la resistencia o la falta de respuesta ante los antibióticos por el uso indiscriminado y sin indicación que se hace de ellos. Los microorganismos se tornan resistentes a muchos antibióticos o antimicrobianos, por eso el mensaje fundamental es que cuando el paciente presente la clínica expuesta anteriormente consulte con un especialista antes de empezar a tomar medicación por su cuenta”, reflexionó.

Siguiendo esta línea la referente destacó que también es importante diferenciar al momento de indicar el tratamiento, si se trata de una infección de la comunidad o si está netamente asociada a los cuidados de la salud, ya que los perfiles de resistencia de los gérmenes son diferentes: “Siempre se inicia con un tratamiento empírico las primeras 48 a 72 horas, este es de amplio espectro y con él se busca cubrir la mayoría de los gérmenes y luego del resultado del urocultivo se ajusta el mismo, sea de forma ambulatoria o a través de internación según se requiera”.

“Las infecciones urinarias bajas en mujeres postmenopáusicas son muy frecuentes, por ejemplo, pero de igual forma se debe consultar si en los últimos 6 meses se generaron dos o tres episodios de infección, ya sea con el médico clínico o con el infectólogo para determinar de forma efectiva si los síntomas se debieron a ese tipo de patología. Por eso el profesional siempre solicita urocultivo, ya sea en servicios de la parte pública como de la privada”, manifestó.

Para finalizar Zelaya recomendó mantener un estilo de vida saludable que priorice la correcta hidratación del organismo, con el consumo de al menos 2 litros de agua por día.