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La importancia de los cuidados para evitar el Cáncer de Piel

Todo el tiempo las células de nuestro cuerpo se están renovando para reemplazar a otras que mueren. El cáncer altera este ritmo natural, formándose en los tejidos de la piel debido a factores como las quemaduras solares reiteradas o la exposición a radiación ultravioleta (UV) a largo plazo.

cancer de piel

Se estima que 1 de cada 3 nuevos cánceres detectados, es cáncer de piel. Cabe destacar que el sol es causante de esta enfermedad en 9 de 10 casos. La piel absorbe las radiaciones ultravioletas emitidas por el sol a lo largo de toda nuestra vida, causando daños irreversibles.

Siguiendo esta línea, se calcula que al cumplir los 18 años una persona ya se expuso al 80% del total de las radiaciones solares que absorberá en toda su vida. Es por esto que es importante evitar el daño solar desde el nacimiento, ya que ser víctima de quemaduras solares serias antes de los 18 años, aumenta en un 200 por ciento las posibilidades de contraer la enfermedad.

Existen dos tipos principales de tumores de piel: el carcinoma y el melanoma. Los carcinomas -basocelulares y espinocelulares- son los más frecuentes (asociados a pieles muy dañadas por el sol, a pieles muy blancas que no se broncean pero sí se enrojecen/queman y descaman). Los melanomas son mucho menos frecuentes, pero su evolución puede ser de peor pronóstico, ya que tienden a diseminarse a otros órganos vitales.

Todos estamos expuestos y por consiguiente debemos cuidarnos. Sin embargo, las personas de piel y ojos claros, las que tienen muchos lunares (más de 50) y las que siempre se enrojecen al sol son particularmente más vulnerables. Personas con historia familiar de cáncer de piel o que tienen su sistema inmune debilitado también son propensas a esta enfermedad.

Es aconsejable:

  • No exponerse al sol entre las 10 y las 16 horas cuando los rayos UV causan más daño. Los niños menores de 6 meses no deberían exponerse al sol en absoluto.
  • Usar protector solar en todo el cuerpo.
  • Usar ropa adecuada para protegerse del sol, como sombreros o gorras, anteojos, remeras de manga larga.
  • Evitar el uso de camas solares.
  • Utilizar protector solar de al menos 20 FPS (Factor de Protección Solar).
  • Ante la aparición de la enfermedad, la detección temprana es determinante en el éxito del tratamiento. Si se detecta a tiempo, la enfermedad es curable; por lo que se recomienda realizar un autoexamen, que debe hacerse frente al espejo y con mucha luz, detectando la asimetría, bordes irregulares, diámetro, evolución y cambios de color de una zona a otra del lunar.

Otros signos de alarma son: sangrado, picazón, molestias o dolor, hinchazón, aumento de la consistencia y progresión del color de un lunar a la piel adyacente. Consulte inmediatamente a su dermatólogo si alguno de sus lunares presenta estas características.