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“Más del 80% de las personas que sufren una muerte súbita no lo hace en un hospital”

En el marco de la Semana de la Lucha contra la Muerte Súbita, el subdirector de Dirección de Emergencias Sanitarias de Tucumán, doctor Juan Palavecino, recuerda la importancia de que la comunidad en general sepa maniobras de RCP. Cómo trabajan desde el Sistema de Salud para este objetivo.

“La muerte súbita es un evento donde una persona muere repentinamente, luego de haber comenzado hasta una hora los síntomas. Por ejemplo, alguien comienza con dolor de pecho y en el lapso de una hora fallece, a eso se le llama muerte súbita”, comienza diciendo el referente del 107.

Las principales causas de muerte súbita en adultos son de origen cardiaco. En este sentido, la fibrilación ventricular es la más repetida.

“A nivel provincial tenemos el Programa de Prevención de Muerte Súbita. Desde el Ministerio de Salud, hace un par de años hacemos la capacitación a diferentes instituciones, tanto públicas como privadas, fundamentalmente aquellas que reciben mucho público. Se les entrega un desfibrilador automático, teniendo en cuenta que es la principal causa de muerte súbita la fibrilación ventricular. Esto permite salvar a los pacientes”, subraya.

Los signos a tener en cuenta son múltiples, debido a que las causas pueden ser cardiacas, pero también de origen nervioso, respiratorio, entre otras. Las víctimas suelen comenzar con dolor de pecho, malestar general, dificultad respiratoria. También se puede presentar un ACV: la persona empieza con malestar general, pérdida de conocimiento, alteraciones en la motricidad.

“Más del 80 por ciento de las personas que sufren una muerte súbita, no lo hace justamente en un ámbito hospitalario, son asistidas por personas que no son personal de salud. Nuestro programa de prevención está destinado precisamente a capacitar a la comunidad en general para que sepan cómo actuar”, señala.

Qué hacer ante una urgencia

“Es importante que la gente sepa que si una persona presenta estos síntomas, tiene una pérdida de conocimiento, se desmaya; una de las primeas medidas es verificar que no vayamos a tener ningún tipo de inconveniente en el lugar, asegurar la escena. Una vez que nosotros estamos seguros y el paciente también, debemos determinar si realmente tiene pérdida de conocimiento. Para ello, nos acercamos al paciente, si tiene barbijo lo tomamos de los hombros y le hablamos, si no tiene barbijo, le colocamos previamente. Al tomarlo de los hombros y hablarle fuerte y claro cerca del oído, determinamos si había perdido la conciencia”, remarca Palavecino.

Luego, hay que ver si presenta algún tipo de movimiento respiratorio. Si no respira, entonces está con un paro cardio-respiratorio. En ese momento, es sumamente importante llamar al 107. Después pedir ayuda, debemos señalar a una persona y pedirle que colabore llamando a la emergencia y brindar todos los datos que se necesitan.

“Una vez que se pidió la ambulancia, se debe retomar con el paciente. Descubrirle el tórax, dejando la parte anterior descubierta, poniendo los dedos entrecruzados sobre el esternón. Si estamos en un espacio cardioprotegido, pido el desfibrilador y comienzo inmediatamente a hacer las compresiones torácicas. Hay que realizar compresiones de cinco centímetros, con frecuencia de 100 a 120 por minuto. Si en ese momento tenemos el desfibrilador, prenderlo, el aparato pedirá que coloquemos los parches sobre el paciente y dará las instrucciones a seguir. Allí hará la descarga. Si no hay desfibrilador, vamos a seguir haciendo compresiones, hasta que llegue el servicio médico”, termina.