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Onicofagia: Conocé qué es y cómo afecta la salud de quienes la padecen

La coordinadora de la unidad de Fibromialgia del hospital Nuestra Señora del Carmen, especialista en trastornos del dolor y ansiedad, licenciada María José Sepúlveda, habló sobre onicofagia o el hábito de morder o comerse las uñas, provocando daños en dedos, uñas y dientes.

La onicofagia es una manía que puede derivar en infecciones:

“Es un hábito repetitivo, inconsciente e involuntario que deja muchas secuelas físicas, como deformaciones y lastimados en las manos y cutículas, desgaste antes de tiempo de los dientes, la transmisión de bacterias que causan infecciones y varias secuelas emocionales graves si la conducta es sostenida, como baja autoestima, culpa, inseguridad y vergüenza”, contó.

Las causas que la generan son multifactoriales, el paciente puede usar el hábito para canalizar un estado de ansiedad o nerviosismo o por cambios drásticos en la vida que generen estrés: “Generalmente las personas no reconocen que este acto las relaja, muchas veces incluso cuando lo están haciendo no son conscientes de esa acción hasta que generan una lesión severa, por eso es importante detectarlo a tiempo y pedir ayuda”, agregó la profesional, en tanto destacó que la afección suele tener mayor presencia en la etapa de sociabilización infantil y adolescente y en algunos casos perdura hasta la edad adulta.

El tratamiento de esta problemática, explicó Sepúlveda, está dirigido a desviar la atención del paciente del trastorno obsesivo compulsivo que lo lleva a morderse las uñas y autolesionarse y a trabajar para que cuando tenga un pensamiento determinado que le genere una sensación de tensión, pueda identificarlo y tener una conducta más adaptativa, resultado de las herramientas adquiridas en terapia.

“La terapia cognitivo-conductual es una alternativa por medio de la cual se evalúan las creencias de las personas y se busca que tomen consciencia de sus pensamientos para cambiar los comportamientos que implican infligir daños al cuerpo. Hay otras terapias como la de inversión de hábitos nerviosos, mindfulness que apunta a focalizar en el momento presente con consciencia plena y de aceptación y compromiso para que el paciente se haga cargo de que no se trata de un tic o algo pasajero si no es tratado a tiempo y de forma temprana”, detalló.

Entre algunos de los consejos o recursos más cotidianos la profesional mencionó la masticación de chicles, el uso de guantes, cremas, la práctica de pintarse las uñas o hacerse manicuría, observarse manos y uñas o mantenerse ocupado con la práctica de manualidades de diferente tipo.