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¿Qué es la espina bífida y a quiénes afecta?

También conocida como mielomeningocele, esta patología trata de una malformación congénita del tubo neural más grave compatible con la vida y representa la segunda causa de discapacidad física en la infancia, después de la parálisis cerebral. El hospital del Niño Jesús brinda respuesta a esta enfermedad a través de un equipo interdisciplinario.

“La espina bífida refiere a una patología del orden neuro-quirúrgico, que es un trastorno de la médula espinal y su caja de contenido que es el canal vertebral. La mal formación de la columna y de su contenido genera una desviación del contenido y provoca trastornos neurológicos que crean varios tipos de problemas”, explica el jefe del servicio de Urología del efector, doctor Carlos Alberto Gargiulo.

La médula espinal se encuentra rodeada por todo el canal óseo, está alojada dentro del canal vertebral. Esta alteración provoca una patología que compromete a la médula y los nervios que salen de ella.

“Entonces eso afecta la parte neurológica provocando alteraciones de varios órganos como: miembros inferiores (aparato de locomoción), el sistema urinario, y el aparato gastrointestinal. La persona tiene problemas de senilidad y trastornos motores”, comenta el especialista.

Dicha patología afecta a un grupo importante de recién nacidos. Generalmente, cuando es evidenciada, los pequeños presentan una hernia en la espalda, pero puede ocurrir también que no sea evidente.

“Vemos a los pacientes desde un punto de vista multidisciplinario. La causa más frecuente de muerte de estos niños es la insuficiencia renal, porque lo que afecta es el funcionamiento de la vejiga. Al funcionar mal, también lo hacen los riñones, hay que evitar esto”, advierte Gargiulo.

Y añade que luego de que el neurocirujano logra solucionar el trastorno de columna y médula, haciendo un cierre de las mismas, eso no significa la cura de la enfermedad. Siempre quedan secuelas, y justamente por ello, trabajan con un equipo completo de urólogos, nefrólogos, neurocirujanos, traumatólogos o neuro-ortopedista, psicólogos y psicopedagogos.

“Son pacientes discapacitados que necesitan atención permanente toda la vida. Requieren un apoyo desde el punto de vista de la asistencia pública, del hospital, pero también necesitan un tratamiento jurídico especial para que puedan tener un acceso mucho más simplificado a los beneficios que necesitan para poder llevar una vida más tranquila”, finaliza.