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¿Qué hacer cuando se padece una úlcera crónica?

La doctora Silvana Inés López del servicio de Dermatología del hospital Nicolás Avellaneda, cuenta de qué se trata esta patología, cómo detectarla a tiempo y sus posibles tratamientos.

“Las úlceras crónicas son lesiones que tienen más de un determinado tiempo de evolución y generalmente son las que recibimos en nuestro hospital. Del 2009 al 2014, realizamos en nuestro efector el primer estudio que se realizó y hemos consensuado que las heridas crónicas más comunes que recibimos en las consultas eran las úlceras venosas de miembros inferiores y, en segundo lugar, el pie diabético con todas sus complicaciones (heridas del pie, las infecciones, las úlceras provocadas por problemas vasculares)”, dice al respecto la profesional.

En este contexto, la dermatóloga cuenta que las úlceras venosas, de etiología venosa son las primeras; luego las arteriales. “No voy a dejar de mencionar porque pertenecemos al norte argentino, las úlceras que corresponden a las leishmaniasicas, úlceras parasitarias que llegan a nuestro hospital, se las estudia, diagnóstica y realiza el tratamiento. Son úlceras propias de nuestro medio endémico en San Miguel de Tucumán”, comenta.

Por último, también atienden úlceras atípicas en pacientes que tienen enfermedad de cáncer o lepra, puntualmente lesiones en miembros inferiores y otros sitios, como causa de este bacilo que provoca la enfermedad.

En lo que respecta a la estadística, observaron que la mayor parte de las úlceras de miembros inferiores se presentan en personas entre los 50 y 69 años de edad. Y que las causas más comunes son por traumatismos locales, es decir pequeñas heridas a nivel de los pies, y por úlceras que no llegaban a cicatrizar dentro de los primeros seis meses y entraban en etapa de cronicidad.

“Durante esa etapa de cronicidad es cuando llegan a nosotros los pacientes con estas úlceras que muchas veces llegan complicadas, infectadas, contaminadas, y donde generalmente llevamos un proceso para comenzar a trabajar con estas lesiones”, acota.

“El tratamiento es lo que me llevó a hacer la especialización en este tema. Si vamos a pensar que las úlceras que realmente son bastante en número, como esta patología es muy frecuente, generalmente se utilizaban métodos convencionales hospitalarios: curaciones con soluciones fisiológicas, con antisépticos, se usaba mucho el famoso Platsul. Pero en la actualidad eso cambió.  Hay un nuevo paradigma y son las curaciones húmedas. Estamos utilizando apósitos, membranas, donde vamos llevándolo al paciente al tratamiento y viendo su curación. Y cuando hacemos una comparación con números estadísticos, observamos que la cura convencional implica un gran gasto a lo que respecta al Sistema de Salud, porque usamos muchos hidrófilos (vendas, gasas), esto es un costo diario y por la cantidad de pacientes que vemos al mes, se hace un número importante. En cambio, con las curas húmedas que son los nuevos procedimientos, usamos apósitos que el paciente puede tenerlo cinco o seis días, y ya no utilizamos los hidrófilos. Ganamos por un lado en tiempo y materiales, y por lo tanto económicamente”, sostiene.

Por último, aconseja a todos los pacientes no perder tiempo y ante la menor lesión, acudir al hospital para el diagnóstico y tratamiento temprano.