Salud y el Programa de Discapacidad e Inclusión Social de la UNT avanzan en un proyecto conjunto
El trabajo articulado tiene por objetivo cumplir con los principios de inclusión social, laboral e intersectorial para que usuarios de la red de Salud Mental, como así también pacientes con problemas de motricidad o no videntes, puedan incluirse laboralmente en diferentes ámbitos de la universidad.
Tras una reunión hoy en la Casa del Estudiante de la Universidad Nacional de Tucumán, donde participaron los diferentes referentes del proyecto, el responsable de la Dirección General de Salud Mental y Adicciones, doctor Walter Sigler, comentó: “Todo esto requiere una etapa de preparación previa, de selección, preparación terapéutica por parte de los diferentes equipos que tratan a estos usuarios. Luego en la Universidad se realiza una capacitación, sensibilización y adaptación. Hoy los resultados están a la vista, usuarios que están desempeñando tareas laborales en bibliotecas de algunas facultades como Psicología, Bioquímica, en Horco Molle, en el mantenimiento de la Quinta Agronómica, y con resultados terapéuticos muy positivos. Esto da la pauta de que no todo debe ser abordado desde el ámbito hospitalario, sino que la inclusión social, laboral, habitacional, son parámetros que dan claros indicadores donde el sujeto tiene derechos ciudadanos”.
Además, Sigler hizo hincapié en que tal como lo establece la OMS y la OPS, el abordaje debe ser interdisciplinario e intersectorial. “Tucumán es una de las dos provincia a nivel nacional que está trabajando con estas herramientas y son los resultados óptimos que esperamos”, sostuvo.
Por su parte, el director del Programa de Discapacidad e Inclusión Social de la Secretaria de Bienestar Universitario de la UNT, Darío Mamani, detalló: “Los jóvenes tienen una permanencia en el ámbito universitario en distintos espacios institucionales, algunos están en distintas facultades, esto nos ha posibilitado su incorporación. Y fundamentalmente buscando estrategias que tienen que ver no sólo con su capacitación en forma específica en algún perfil en particular, sino abriendo algunos aspectos que tienen que ver con la inclusión social plena de los jóvenes con discapacidad. Están trabajando en la facultad de Ciencias Naturales, de Filosofía, de Educación Física, en el rectorado de la UNT”.
Y agregó que hay un ida y vuelta en esta propuesta, “la universidad se nutre y fundamentalmente como parte de esta sociedad, nos permite repensar algunas cosas”.
Finalmente, la jefa del servicio de Rehabilitación del hospital del Carmen, licenciada en Terapia Ocupacional Ada Pucheta, contó que actualmente el programa tiene más de 20 jóvenes en distintas etapas del proceso de inclusión laboral.
“Tenemos un trabajo de tres meses antes de que inicie la incorporación a los lugares de entrenamiento que duran 8 meses. Es muy gratificante para nuestros usuarios, para nosotros también, es un arduo trabajo pero nos devuelven gratitud, se vuelven independientes, autónomos. Algunos inician nuevas capacitaciones o talleres. Es un cambio de vida”, aseguró.
