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Cuáles son las causas y factores que llevan a la hipoacusia según el grupo etario

El médico de planta del servicio de Otorrinolaringología de hospital del Niño Jesús, Gustavo Adolfo Gandur, explica por qué las personas pierden la audición y brinda una serie de consejos para cuidar la salud desde la infancia y adolescencia.

La hipoacusia es una disminución de la audición; se presenta en tres tipos de niveles: leves, moderados, graves o profundos. La voz hablada va del 0 a 30 decibeles, esa sería la audición normal; la voz gritada abarca un poco más, de 40 decibles a 60. “Hasta 90 decibeles es una voz que no afecta ni lastima al oído. Cuando el sonido supera los 90 decibeles, se producen daños en la silla del oído interno que puede producir una hipoacusia irreversible”, advierte el profesional.

De acuerdo a la edad del paciente, pueden aparecer factores relacionados a esta patología.  “De cero a dos años, podemos encontrarnos con una hipoacusia de nacimiento; la misma puede ser congénita (la persona nació con una alteración o malformación del oído interno) o ser producida por enfermedades infecciosas. También intervienen otros factores externos”, comenta Gandur.

En cuanto a los adolescentes, si utilizan mucho tiempo los auriculares y sobrepasan los volúmenes de 90 decibeles, esto afecta al oído. Los auriculares intra-canales, son los peores, sostiene el médico. Por ello recomienda los auriculares externos, los que cubren las orejas por completo.

“Los sonidos agudos son los primeros en perderse porque son los más lábiles ante un sonido fuerte. Así como después de los 55 años empezamos a tener presbicia, en el oído se llama presbiacusia. El paciente adulto mayor escucha, pero no entiende”, aporta.

Esto se debe a que los individuos escuchan con el cerebro. “En realidad la vía auditiva es el transmisor del sonido y receptor, cuando el impulso nervioso llega al cerebro es cuando se hace consciente. Entra la onda sonora a la membrana del tímpano, moviliza la cadena de huesecillos, eso a su vez mueve el líquido dentro de la cóclea y unos pelitos llamados silla. Esto manda un estímulo eléctrico al cerebro.  Pero con la edad, se producen lesiones que permiten escuchar más no entender”, expone.

Recomendaciones para prevenir daños severos

“Lo importante es tratar de preservar la audición. Para ello es vital no exponerse a sonidos intensos mayores de 90 decibeles durante mucho tiempo, cuando uno es joven no tiene noción de lo que viene después. Tengo muchos pacientes que trabajan en ambientes riesgosos a quienes se les entregan los protectores auditivos y no los usan; porque son jóvenes y escuchan bien. Pero el problema es que con los años no hay forma de mejorar esa audición porque esas lesiones son irreversibles. Se pueden usar los auriculares, pero tratando de conservar el volumen bajo. Y siempre, acudir a la consulta con el oftalmólogo ante la menor duda”, invita el especialista.