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El Hospital de Niños transporta a sus pacientes a un viaje espacial

El Servicio de Tomografía del Hospital del Niño Jesús fue remodelado con un innovador diseño que ayuda a los niños a no tener tanta resistencia a realizarse un estudio. Se trata de una sala espacial que hace menos difícil la estadía del paciente en el centro de salud.

El lugar es inédito, con diseños originales que fueron hechos por la arquitecta del hospital, Virginia Jairala, conjuntamente con un equipo de diseñadores gráficos y con el área de Recurso Físico, atentos a los lineamientos del Ministerio de Salud Pública, a cargo de la doctora Rossana Chahla. Los mismos, establecidos por el Plan Rector y en lineamiento con el gobierno del doctor Juan Manzur, hacen hincapié en el trabajo por una mayor y mejor calidad de atención; objetivo que en este caso se busca cumplir a través de la aplicación de un nuevo diseño, que logre ponerle calor y alegría al lugar para que los niños se distraigan y se desconcentren de lo que se van a hacer y de su enfermedad.

Sobre el tema, el director del hospital, doctor Oscar Hilal, dijo que el tomógrafo no dejó de funcionar ni un día, al margen del trabajo que se hacía en el lugar. “Esto es algo innovador que ayudará a los niños a una mejor estadía, a pesar de su enfermedad”, expresó.

El tomógrafo es alta tecnología y funciona permanentemente. El servicio está abierto las 24 horas, los 365 días del año. Trabajan dos médicos imagenólogos, un grupo de técnicos, más servicio auxiliares del hospital con anestesiólogos. Se hace tomografías a pacientes hasta los 16 años. En cuanto a los más pequeños que se mueven mucho, deben hacérselos con anestesia.

Sobre el trabajo realizado, la arquitecta del  hospital, Virginia Jairala, se mostró orgullosa de lo logrado y explicó: “Se hizo esto para que los niños que se van a hacer un estudio se distraigan. La idea es que no estén concentrados en lo que se van a hacer en la máquina, sino que les llame la atención los dibujos y los colores”.

Sobre la idea, Jairala contó que primero se había pensado en un bajo de mar y después se decidió qué hacer con esta máquina (tomógrafo), que es como un tubo espacial. “La decisión de crear la sala espacial fue conjunta”, agregó.

La recepción de los niños es positiva, según aseguró la arquitecta. “A los chicos les gusta. Les preguntamos y emocionados nos dicen que sí, a pesar de su enfermedad. Además notamos la diferencia y a los mismos médicos les gusta; es decir, la reacción es buena”, explicó.

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