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¿Qué es el Estrés Infantil? Conocé cómo se presenta y qué signos de alarma debes tener en cuenta

La psicóloga del hospital del Niño Jesús, licenciada Lucia Pereyra, se refirió a la problemática que suele mostrarse en aumento ante situaciones de cambio como la que propició la pandemia en los núcleos, familiar, social y escolar.

El estrés infantil, explica la profesional, suele relacionarse con la exposición del niño a una situación de cambio, que requiere que se adapte de alguna manera a lo desconocido. Esto puede tener lugar por diferentes situaciones como la separación de los padres, un cambio de escuela, mudanzas o cualquier escenario que para ellos implique un nuevo desafío que requiera nuevamente de su adaptación.

“El niño puede presentar diferentes síntomas y de persona a persona varían de manera muy particular. En algunos niños se aprecia un estado de elevada irritabilidad, cambios bruscos en el estado anímico, en la conducta, enojos, tendencia al aislamiento, en otros se manifiestan miedos y puede afectar el sueño” detalla Pereyra, en tanto hace hincapié en que por lo general cuando los niños no pueden entablar o mantener lazos sociales, especialmente a medida que van creciendo y necesitan más del acompañamiento de sus pares, suele repercutir en la generación de diversos niveles de estrés.

La capacidad de integración es entonces un factor preponderante en estos cuadros. “Justamente el juego, la actividad lúdica, son fundamentales en estas situaciones, que los chicos puedan jugar no solo con otros niños, sino también con los adultos a su cargo es muy importante. El juego es un recurso para elaborar cualquier situación conflictiva”, definió la especialista.

Respecto a cómo afectó a los niños la pandemia que estamos atravesando, Pereyra sostuvo que mayormente se vieron las consecuencias de esta crisis sanitaria mundial en niños más grandes, de 10 años y adolescentes, ya que impactaron directamente en ellos y en sus familias todo lo que implicaron los cambios en la rutina escolar: “Se generaron situaciones de mucha ansiedad, estrés, dificultades serias para conciliar el sueño porque manifestaban que se sentían muy exigidos, algunos con elevados niveles de auto-exigencia, lo cual realmente les afectó y repercutió en las relaciones con la familia, volviéndose incluso motivo de consulta”.

En lo que atañe al momento propicio para consultar, la profesional afirma que cuando se nota algún cambio en la conducta que persiste o en el estado anímico que no puede ser contenido por el núcleo cercano, es necesario consultar. “Los niños tienen una plasticidad que es mayor a la del adulto. Cuando están bien acompañados y contenidos, pueden elaborar situaciones que les hayan podido generar cierto grado de estrés y continuar, por eso cuando esto persiste y no se logra sobrellevar, se requiere de la consulta con el especialista”, dijo.

Generalmente el circuito ante estos cuadros se inicia con una entrevista con los padres y son ellos los primeros que orientarán al profesional acerca de la situación que puede estar afectando al niño: “Más allá de que la evaluación tiene que ver con los niños, a veces lo que los padres registran no es del todo lo que el niño percibe como sufrimiento o factor de estrés, por eso es necesario escuchar a ambos”, afirma y agrega que se trabaja especialmente con la realidad efectiva del niño a través de juegos, dibujos y entrevistas.

El fin de la labor es ir orientando a los padres acerca de las mejores maneras de contenerlos, asesorarlos sobre cuáles son las dificultades que van planteándose en la consulta y que en cada grupo de padres es diferente y puede poner en juego el vínculo con su hijo.

El Sistema de Salud cuenta con servicios de salud mental que brindan atención ambulatoria en todos sus niveles. Generalmente se le solicita a todo paciente ambulatorio que gestione turnos en la zona más cercana a su domicilio, de acuerdo a uno de los criterios que prioriza la Ley de Salud Mental, respecto a la conveniencia de ser atendidos dentro de la comunidad de pertenencia.